Esta tía es una traidora patética que ha encontrado la excusa perfecta para venirse aquí una temporada a ganar buenos euros. De entrada, ni siquiera tiene una opinión racional, dijo que no sabe qué mejor opción tenía Rusia pero que la intervención en defensa de las repúblicas del Donbás previamente reconocidas era errónea. Es decir, pensamiento propio de una niña de cuatro años. La muy sinvergüenza, que es capaz de vender a su país por cuatro porros, ahora tilda al gobierno ruso de ultraderecha ultraconservadora (¿será por qué no acepta que se sustituya el concepto de "madre" por el de "progenitor 2"?), cuando hasta antes de ayer no tenía problema en formar parte del sistema comunicacional del estado ruso que permite conocer al mundo un punto de vista alternativo al de Estados Unidos y sus satélites, donde ella se encuentra actualmente y contribuye a financiar mediante sus impuestos.