"Estamos dando poder, por así decirlo, a una organización donde, por una parte, al firmar ese tratado va justificar todo lo que ha hecho durante el proceso pandémico. Y lo peor, que es [lo] peor de todo, puede justificar lo que se vaya a hacer a futuro, y todo va en un sentido, un sentido, porque podemos hablar de ciencia, podemos hablar de lo que sea: esta pandemia de ciencia ha tenido bien poco, bien poco. Entonces, ¿qué ocurre? Que lo que nos va a generar es dar poder una organización que al final sus medidas [se van a implantar] sí o sí, no va a ser, como dice, para repartir caramelos, va a ser para volver a restringir derechos y libertades [como] en la reciente pandemia vemos que se tomaron."
#2 Sí, los Estados se comprometen a restringir derechos y libertades y a hacer lo que diga la OMS bajo la excusa de que se ha declarado una emergencia, tipo pandemia. En lugar de desmantelar la OMS y encarcelar a sus dirigentes junto a los de las farmacéuticas y los gobernantes corruptos, como correspondería por la gestión del pandemia, la vamos a tener imponiéndonos sus medidas, sus pasaportes covid, etc. La distopía va a más.
#3 en España se aprovechó para ir mucho más allá de lo que decía la OMS, así que, en esta pandemia no hubiera venido ni tan mal. Eso si, hubiera habido menos negocio con las mascarillas y los nazis de balcón se hubieran deprimido
"Pero su deficiencia más fundamental es que el Reglamento Sanitario Internacional carece de obligaciones fuertes de cooperación entre Estados para contener la propagación de pandemias. En su lugar, los compromisos asumidos tienen que ver con las capacidades internas para hacer vigilancia sanitaria y mantener informada a la OMS de los desarrollos epidemiológicos. El Reglamento deja un gran vacío en lo que respecta a la cooperación interestatal, que la pandemia de COVID-19 ha demostrado que resulta un aspecto fundamental para combatir efectivamente este tipo de amenazas. Por ejemplo, el imperativo moral de una distribución mundial equitativa de vacunas no encuentra hoy raigambre normativa alguna.
El “tratado pandémico” que se proyecta abordaría estas falencias. Se busca renovar el voto de confianza global en la OMS, fortaleciendo su rol coordinador en el marco de una estructura sanitaria global más robusta e interconectada. Para que pueda ejercer adecuadamente su función, se prevén compromisos más precisos relativos a la transparencia y al intercambio de información entre los centros de investigación de los distintos países y para con la OMS. Pero también se propugna la concreción de mecanismos más efectivos de colaboración internacional para la facilitación del acceso equitativo a las soluciones médicas que se vayan desarrollando, lo que incluye vacunas, medicamentos, equipos de protección y herramientas de diagnóstico.
Los expertos insisten en que no tiene sentido preguntarse si va a haber una próxima pandemia, sino cuánto falta para su inexorable llegada. Solo nos queda esperar que, para cuando la próxima crisis sanitaria mundial se desate, ya contemos con las herramientas jurídicas que nos permitan cooperar eficazmente para ponerle fin antes de que sea demasiado tarde."
Es darle gasolina al pirómano, a los mismos que declararon una pandemia fraudulenta, aniquilaron cualquier medicamento/suplemento preventivo o temprano, impusieron sus mentiras tachando de desinformación a todo aquello que les pusiera en duda, apostaron todo a las vacunas, son incapaces de enfrentar el problema del exceso de fallecimientos y los que, básicamente, quieren matarte, de un modo u otro. Por tu bien, claro.
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"Pero su deficiencia más fundamental es que el Reglamento Sanitario Internacional carece de obligaciones fuertes de cooperación entre Estados para contener la propagación de pandemias. En su lugar, los compromisos asumidos tienen que ver con las capacidades internas para hacer vigilancia sanitaria y mantener informada a la OMS de los desarrollos epidemiológicos. El Reglamento deja un gran vacío en lo que respecta a la cooperación interestatal, que la pandemia de COVID-19 ha demostrado que resulta un aspecto fundamental para combatir efectivamente este tipo de amenazas. Por ejemplo, el imperativo moral de una distribución mundial equitativa de vacunas no encuentra hoy raigambre normativa alguna.
El “tratado pandémico” que se proyecta abordaría estas falencias. Se busca renovar el voto de confianza global en la OMS, fortaleciendo su rol coordinador en el marco de una estructura sanitaria global más robusta e interconectada. Para que pueda ejercer adecuadamente su función, se prevén compromisos más precisos relativos a la transparencia y al intercambio de información entre los centros de investigación de los distintos países y para con la OMS. Pero también se propugna la concreción de mecanismos más efectivos de colaboración internacional para la facilitación del acceso equitativo a las soluciones médicas que se vayan desarrollando, lo que incluye vacunas, medicamentos, equipos de protección y herramientas de diagnóstico.
Los expertos insisten en que no tiene sentido preguntarse si va a haber una próxima pandemia, sino cuánto falta para su inexorable llegada. Solo nos queda esperar que, para cuando la próxima crisis sanitaria mundial se desate, ya contemos con las herramientas jurídicas que nos permitan cooperar eficazmente para ponerle fin antes de que sea demasiado tarde."
Es darle gasolina al pirómano, a los mismos que declararon una pandemia fraudulenta, aniquilaron cualquier medicamento/suplemento preventivo o temprano, impusieron sus mentiras tachando de desinformación a todo aquello que les pusiera en duda, apostaron todo a las vacunas, son incapaces de enfrentar el problema del exceso de fallecimientos y los que, básicamente, quieren matarte, de un modo u otro. Por tu bien, claro.