#24 Estoy de acuerdo en que hay mucha gente en Podemos que hace su trabajo de corazón, al fin y al cabo la mayoría de su discurso tiene sentido y señala al propio poder como enemigo (al menos en sus inicios). Pero conforme subes en el escalafón del partido se va haciendo más difícil que no sepan lo que en realidad están haciendo, sobre todo cuando hablamos ya directamente del líder del partido.
Emilio Carrillo fue en su día vicealcalde de Sevilla con muy buenos pronósticos a ser alcalde en las siguientes elecciones. Él cuenta como viendo que iba a ser una persona que iba a tocar poder de verdad (una gran ciudad) el cónsul/embajador de EEUU lo citó privadamente en la habitación de un hotel. Resultó ser el primer contacto en el que le ofrecieron ser amigos, y le dijeron que de esa reunión ni se le ocurriera contar algo. Si no te haces amigo de ellos empiezan las presiones, si sigues sin querer ser amigo te retiran el favor de la prensa y después te hunden la carrera política. Y si aún así no consiguen hundirte llegan las amenazas más claras, como enseñarte la foto de tu hijo, tu madre o tu abuela cuando va a comprar el pan.
No me cabe la más mínima duda de que esto ocurre en absolutamente todo el mundo con cualquiera que esté cerca de tocar el más mínimo poder. No siempre tiene que ser un representante de EEUU, también pueden ser bancos, lobbies, centros de inteligencia, etc...
La pena auténtica de esto es que el pueblo esclavo lo vea como una teoría de la conspiración (a pesar de que hay gente que lo ha contado e incluso escrito libros) cuando es el desenvolvimiento natural de un sistema basado en la competición. Si creas un millón de universos paralelos, todos basados en la competición, en el 100% de ellos el poder terminará haciendo exactamente lo mismo, es simplemente inevitable.
#29 Gracias por tu comentario, muy revelador. Entre sobornos y chantaje (sexual, muchas veces), no sé si quedan políticos que estén limpios, o, mejor dicho, que sean autónomos.
Uno de los aspectos del caso Jeffrey Epstein del que apenas se habla es justamente ése, que grababan a personas poderosas teniendo sexo con menores con el objetivo de chantajearlos. Lo mismo dijo una víctima del caso de Marc Dutroux, en Bélgica. Se comenta que el portátil de Anthony Weiner tenía una carpeta con contenido que incriminaba a las altas esferas, a modo de garantía, de salvaguarda. www.newsfromtheperimeter.com/home/2019/7/17/9-out-of-10-people-who-saw Da la impresión de que cuando los afectados tienen cierto estatus estas pruebas se pierden y no se investigan. Y lo curioso es que nadie lo reclame.
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Emilio Carrillo fue en su día vicealcalde de Sevilla con muy buenos pronósticos a ser alcalde en las siguientes elecciones. Él cuenta como viendo que iba a ser una persona que iba a tocar poder de verdad (una gran ciudad) el cónsul/embajador de EEUU lo citó privadamente en la habitación de un hotel. Resultó ser el primer contacto en el que le ofrecieron ser amigos, y le dijeron que de esa reunión ni se le ocurriera contar algo. Si no te haces amigo de ellos empiezan las presiones, si sigues sin querer ser amigo te retiran el favor de la prensa y después te hunden la carrera política. Y si aún así no consiguen hundirte llegan las amenazas más claras, como enseñarte la foto de tu hijo, tu madre o tu abuela cuando va a comprar el pan.
No me cabe la más mínima duda de que esto ocurre en absolutamente todo el mundo con cualquiera que esté cerca de tocar el más mínimo poder. No siempre tiene que ser un representante de EEUU, también pueden ser bancos, lobbies, centros de inteligencia, etc...
La pena auténtica de esto es que el pueblo esclavo lo vea como una teoría de la conspiración (a pesar de que hay gente que lo ha contado e incluso escrito libros) cuando es el desenvolvimiento natural de un sistema basado en la competición. Si creas un millón de universos paralelos, todos basados en la competición, en el 100% de ellos el poder terminará haciendo exactamente lo mismo, es simplemente inevitable.
Uno de los aspectos del caso Jeffrey Epstein del que apenas se habla es justamente ése, que grababan a personas poderosas teniendo sexo con menores con el objetivo de chantajearlos. Lo mismo dijo una víctima del caso de Marc Dutroux, en Bélgica. Se comenta que el portátil de Anthony Weiner tenía una carpeta con contenido que incriminaba a las altas esferas, a modo de garantía, de salvaguarda.
www.newsfromtheperimeter.com/home/2019/7/17/9-out-of-10-people-who-saw Da la impresión de que cuando los afectados tienen cierto estatus estas pruebas se pierden y no se investigan. Y lo curioso es que nadie lo reclame.