"“La etnicidad es un factor”, ha escrito Moore, “pero también hay una suposición compartida detrás de la inacción policial y la negligencia de los trabajadores del ayuntamiento: todos ellos consideraban que las chicas no valían nada”. Es “como si todo el mundo se hubiera puesto de acuerdo sobre quién no valía nada y quién no… La policía, la autoridad local, el gobierno y, de hecho, las bandas de seducción de mujeres”. Esta es una historia profundamente imbricada con la misoginia y el prejuicio de clase, y no sólo para los hombres de ascendencia paquistaní.

Un estudio de casos serios sobre el tratamiento de las jóvenes víctimas de trata y violación en grupo en Rochdale observó que la policía y los trabajadores sociales luchaban por “empatizar” con las niñas debido a “su origen y clase”, y consideraban que su explotación no era un abuso sino una “elección de estilo de vida”. “Es lo que esperaban de nuestras hijas”, expresó desesperanzado un padre.

Las percepciones que tienen las personas con autoridad sobre la gente de clase trabajadora, en particular sobre las mujeres y niñas de clase trabajadora, su creencia de que las niñas estaban haciendo una “elección de estilo de vida”, un juicio que no habrían hecho si las víctimas hubieran sido niñas de clase media, son centrales en esta historia. Sin embargo, la derecha se ha obsesionado tanto con la cuestión de la raza, y sólo con la raza, que cuando escritores como Moore plantean tales cuestiones, se les castiga por “minimizar el aspecto racial de este horror”."