Ésta es la solución que se andaba buscando desde el principio de la plandemia. Los líderes no discuten sobre por qué un virus creado artificialmente escapa de un laboratorio, por qué una terapia genética insegura se ha impuesto a millones de personas y por qué no se han promovido medicamentos preventivos y tempranos en su lugar, no, discuten cómo añadir más control de todo tipo al ciudadano medio. Tras los pasaportes vendrá el CBDC, la abolición del dinero en efectivo, los controles de identidad en sitios insospechados (tanto físicos como en internet), el sistema de crédito social, etc. Y antes de que nos demos cuenta tendremos que el Estado, los bancos y las empresas tecnológicas conocen y controlan al completo nuestras vidas, desde la libertad de movimientos hasta la libertad de expresión, pasando por la libertad económica.