El ejército israelí se retiró el sábado del hospital después de una incursión intensiva que comenzó el viernes, dejando una escena de devastación con numerosas víctimas entre los civiles palestinos y extensos daños estructurales.
Según Abu Safiya, cientos de pacientes, personal médico y personas desplazadas fueron retenidos dentro del hospital durante la incursión israelí, durante la cual también fue detenido e interrogado por el ejército.
El ejército israelí ha continuado un ataque mortal en el norte de Gaza desde el 5 de octubre para supuestamente evitar que Hamás se reagrupara en medio de un asedio asfixiante en el área.
Los palestinos, sin embargo, acusan a Israel de intentar ocupar el área y desplazar por la fuerza a sus residentes.
Desde entonces, el ejército israelí no permitió que entrara ninguna ayuda humanitaria, incluidos alimentos, medicamentos y combustible. La ofensiva israelí ha dejado a la mayoría de la población al borde de una hambruna inminente.
Según el Servicio de Defensa Civil Palestino, más de 1.000 personas han muerto en el norte de Gaza desde que comenzó la ofensiva.
El ataque fue el último episodio de una brutal guerra israelí en la Franja de Gaza desde un ataque de Hamás el año pasado, a pesar de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía un alto el fuego inmediato.
Desde entonces, más de 43.100 personas han muerto, en su mayoría mujeres y niños, y más de 101.500 han resultado heridas, según las autoridades sanitarias locales.
El ataque israelí ha desplazado a casi toda la población del territorio en medio de un bloqueo en curso que ha provocado una grave escasez de alimentos, agua potable y medicinas.
Israel también se enfrenta a un caso de genocidio en la Corte Internacional de Justicia por sus acciones en Gaza.
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Según Abu Safiya, cientos de pacientes, personal médico y personas desplazadas fueron retenidos dentro del hospital durante la incursión israelí, durante la cual también fue detenido e interrogado por el ejército.
El ejército israelí ha continuado un ataque mortal en el norte de Gaza desde el 5 de octubre para supuestamente evitar que Hamás se reagrupara en medio de un asedio asfixiante en el área.
Los palestinos, sin embargo, acusan a Israel de intentar ocupar el área y desplazar por la fuerza a sus residentes.
Desde entonces, el ejército israelí no permitió que entrara ninguna ayuda humanitaria, incluidos alimentos, medicamentos y combustible. La ofensiva israelí ha dejado a la mayoría de la población al borde de una hambruna inminente.
Según el Servicio de Defensa Civil Palestino, más de 1.000 personas han muerto en el norte de Gaza desde que comenzó la ofensiva.
El ataque fue el último episodio de una brutal guerra israelí en la Franja de Gaza desde un ataque de Hamás el año pasado, a pesar de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía un alto el fuego inmediato.
Desde entonces, más de 43.100 personas han muerto, en su mayoría mujeres y niños, y más de 101.500 han resultado heridas, según las autoridades sanitarias locales.
El ataque israelí ha desplazado a casi toda la población del territorio en medio de un bloqueo en curso que ha provocado una grave escasez de alimentos, agua potable y medicinas.
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