Las malas palabras
En el anterior vídeo que subí, un youtuber critica que ahora la alt-right se queja de la “política” que existe en los videojuegos. De que es ahora cuando los conservadores dicen que se está introduciendo la “política” y que se están “politizando” los videojuegos. Todo porque los progres incluyen a gays y a trans de forma “forzada”; como hicieron con los negros en el cine en los setenta y con los pibones que pegaban guantazos en los noventa. Hay que decir que esto lo empezaron los useños liberales, cuando criticaban los tropos patriarcales, misóginos, racistas, homófobos, etc del cine, de los videojuegos, del comic, etc. Pero los useños de derechas no son nada quirúrgicos, van directamente a dinamitar todo, para que no se pueda hablar de nada. Lo sé porque viví como inocularon su tontería a los latinos de derechas.
Hace veinte años en MSN existía una popular plataforma de chats. Allí hice una sala en la sección de “espiritualidad, religión y filosofía” (o algo así). De filosofía no había ni rastro, y los que más pululaban por allí eran cristianos evangélicos. Como tal era el caso, a la sala de chat le puse el título de ATEÍSMO PARA NIÑOS. Enseguida se llenó de latinos enojados hablándome de sus cosas religiosas, y de que si Jesús, el amor, patatín, patatán, lo de siempre. Había mucha movida porque no dejaba de entrar gente cabreadísima. Fue muy divertido. Y por supuesto también se añadieron ateos e idólatras a montar más follón. En aquellos tiempos aprendimos a lanzarnos “la espada flamígera de Yahveh” unos a otros, enseñados por gente que realmente nos la lanzaba en serio. Flipaba, pero es que apenas había comenzado a conocer a la fauna de Internet.
Yo diría que, en mi país, hablamos de nuestra fe católica como de una “religión”. Así que en las discusiones les decía que tenían una religión patatera, que su religión era una broma, etc las cosas que solemos decir los ateos militantes ¿Os podéis creer que lo que les molestaba no eran mis adjetivos faltones sobre su religión? Lo que les fastidiaba era que me refiriera a su creencia y a lo que me estaban diciendo sobre Jesús, como una “religión”. Y no dejaban de recordármelo. Para ellos “religión” era una palabra perversa. Y, por lo tanto, una palabra tabú. Sus creencias y lo que me contaban sobre ellas no eran una “religión”, las religiones eran cosa de idólatras católicos, de musulmanes, de hinduistas, etc. La palabra “religión” era una mala palabra, y la tenían reservada para las religiones de los demás. Obviamente, esto venía de los locos del Norte.
No es extraño que los mismos tontainas estén liándola con el término “política”, de la misma manera que lo han estado haciendo con términos como “ideología” o “doctrina” en referencia al conjunto de ideas que se transmiten, y que construyen toda producción cultural humana: en los videojuegos, en las películas, en los relatos nacionales, en las ferias de arte, en los dibujos animados para niños, etc. Es la nada sutil guerra cultural de los protestantes de la alt-right useña. Están tratando de envilecer las palabras que utilizamos para definir lo que hacemos todos, con el fin de colocar esas palabras en lo que hacen sus enemigos. Para que no parezca que ellos hacen exactamente lo que hace todo dios desde el principio de los tiempos en las sociedades humanas. Ellos no son religiosos, no tienen ideología, no son políticos, no adoctrinan, no hacen nada de eso… pero no paran de hacerlo.
Unos días antes de las elecciones, Santiago Abascal, preboste del partido que más cerca se encuentra de esos idiotas (con permiso de Ayuso), decía ofendido en un mitin que el ecologismo es una “religión”. No explicaba más, ni falta que hacía, su público lo entendía perfectamente. Y vaya… ¡Qué horror! ¡Una religión! ¿Se darán cuenta Abascal y su público que buena parte de ellos son religiosos, y que han metido a sus hijos a que los “adoctrinen” en el cole en una “ideología”? ¿Qué diantres está pasando en esos cerebros? Pues pasa que, como no pueden dar la turra sobre sus muermos de ideologías nacionalistas y religiosas, salvo a los niños, y eso porque a los pobres no les queda otra que aguantarlos, se han empeñado en copiar las ocurrencias de los protestantes useños y estigmatizar todo término relacionado con la transmisión de la cultura, la moral, la religión y la política.
