#4#8#10 pues a mi no me metieron en ningún juego competitivo, ni los adultos me pegaron broncas por perder, y aquí estoy de administrador supremo, y futuro Comisario Cultural
#14 de pequeño jugábamos al furbol, en variados tipos de topografías, en toda clase de suelos abruptos, con toda clase de objetos punzantes por el suelo, y nos poníamos finos a cortes y raspaduras. Éramos niños todoterreno, niños temerarios, NIÑOS DE VERDAD, no los minguinguis que hacen ahora los papás. Claro, era una organización espontánea de niños, no había adultos para estropearnos con sus neuras. Y ponía tanto empeño en ganar como el que más, y ganábamos o perdíamos, pero al final los equipos se deshacían tan rápido como se habían montado y todos los niños nos íbamos a tomar helado.
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#4 #8 #13