#8 lo primero, le diría que qué coño hace con un espadín de maricón afrancesado, y si aún insistiese en llevar el pincho de las sardinas le espetaría a ponerse en guardia frente a mi ropera española (que casi le dobla en longitud) y que se acogiese a los santos que considerase, ya que al igual que su personaje de ficción, yo "no soy el hombre más honesto ni el más piadoso, pero sí un hombre valiente".
No te veo muy puesto en esgrima.