Yo soy partidario de analizar las cosas desde la racionalidad,. Huyo del pensamiento mágico. Y creo que deberíamos empezar por no llamar "representación" a lo que realmente no lo es, ya que el supuesto "representante" puede hacer lo que le de la gana, incluso saltarse la ley y ser protegido por el aforamiento.
Un abogado sí es un "representante": representa a su cliente, hace lo que le dice su cliente, y sobre todo no dispone como le da la gana de la mitad de lo que gana su cliente durante cuatro años. Si a su cliente no le gusta lo que hace el abogado, el cliente le da puerta sin esperar más.
Un parlamentario no representa a nadie más que a sí mismo.
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Un abogado sí es un "representante": representa a su cliente, hace lo que le dice su cliente, y sobre todo no dispone como le da la gana de la mitad de lo que gana su cliente durante cuatro años. Si a su cliente no le gusta lo que hace el abogado, el cliente le da puerta sin esperar más.
Un parlamentario no representa a nadie más que a sí mismo.