Dicho de otro modo: no interesaba contar la verdad hace dos años, ni contextualizar la afectación del nuevo virus, ni probar con tratamientos preventivos y tempranos que no fueran las vacunas, por eso se infló el pánico hacia el virus hasta niveles impensables y se consiguió un bárbaro negocio para las farmacéuticas fabricantes de las vacunas COVID-19. Y el hipócrita de Bill Gates fue uno de los que alentaron esa situación.
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