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"Las tormentas aún no han pasado", advirtió el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, durante una visita a Valencia. Allí aseguró al pueblo el apoyo del Gobierno central de Madrid.

El Gobierno de las Islas Baleares también pidió a la población, especialmente en las populares islas turísticas de Mallorca y Menorca, que tengan mucho cuidado en los próximos días. Allí el nivel de alerta era naranja, el segundo más alto.

Se avecina un fin de semana largo en España debido al día festivo de mañana, que muchos españoles suelen aprovechar para viajar. Pero Sánchez hizo un llamamiento a la población de las provincias afectadas de Valencia y Castellón: "¡Quédense en casa!". Es importante prestar atención a las advertencias de las autoridades y seguir sus recomendaciones, afirmó.

El número de muertos asciende a al menos 158 (última actualización: 202)

El número de muertos tras las devastadoras tormentas en gran parte de España se ha elevado a al menos 158. Sólo en la región de Valencia, la más afectada, en el este del país, se recuperaron 155 cadáveres, anunció el gobierno regional. Otras tres víctimas se produjeron en las regiones de Andalucía y Castilla-La Mancha. Decenas de personas siguen desaparecidas. Pueblos enteros se vieron envueltos por inundaciones repentinas el martes y miércoles tras las fuertes lluvias.

La situación es especialmente mala en la región de Valencia, que es muy popular entre los turistas. Miles de personas quedaron atrapadas en vehículos. Otras regiones del Mediterráneo, como Andalucía y Murcia, así como Castilla-La Mancha, también se ven gravemente afectadas. El gobierno central de Madrid declaró tres días de luto nacional a partir del jueves. También prometió a los afectados ayuda rápida para la reconstrucción.

“No viene nadie” – aumenta el resentimiento


Aunque aún no se conoce el alcance total de la tragedia y las labores de búsqueda y rescate continuarán durante mucho tiempo, en España ya se ha iniciado un debate sobre posibles culpables. En los medios de comunicación y en Internet se discutió si las autoridades deberían haber avisado a los ciudadanos antes o mejor.

En la localidad de Sedaví, en la provincia de Valencia, al sur de la gran ciudad del mismo nombre, de 10.000 habitantes, actualmente sólo reina la desesperación entre los habitantes. Allí el agua invadió las calles, destruyó casas y amontonó coches, que ahora bloquean las entradas de las casas para que los residentes no puedan salir de sus apartamentos.
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“Conozco al menos 30 personas que casi mueren”, dijo un residente visiblemente conmocionado al periódico “El País”. Otro casi rompe a llorar delante de la cámara en presencia de un periodista de la cadena estatal RTVE y dice: “Nadie viene a sacar los coches ni a traernos nada. Nos hemos dado por vencidos". La gente necesitaría comida, ropa y palas para poder quitar ellos mismos las masas de tierra.

La construcción en lugares inundables en el centro del debate.

El desastre ha provocado un debate sobre cómo se pueden prevenir tragedias de este tipo en el futuro. Los expertos piden una revisión exhaustiva y una mejora de los planes de protección contra inundaciones. La situación en la región mediterránea ha cambiado significativamente en las últimas décadas, particularmente debido al crecimiento masivo de la población, el auge del turismo y el frenesí constructor asociado. Sobre todo porque, a causa del cambio climático, cada vez es más probable que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos como estos, afirman.

El Plan de Acción para la Prevención del Riesgo de Inundaciones en Valencia fue actualizado por última vez en 2015. Se afirma que el doce por ciento de la llamada comunidad autónoma (correspondiente a un estado federal en Alemania) con 600.000 habitantes está en riesgo de inundaciones. José Vicente Sánchez Cabrera, catedrático de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Universitat de València, ve urgente actuar porque la zona de riesgo es ahora mucho mayor: “Hay que actualizar los planes”, exigió.

En la región afectada existe actualmente una densidad muy alta de carreteras y líneas ferroviarias que atraviesan ríos y, por tanto, provocan un efecto de atasco durante las inundaciones. Los pueblos inundados se encuentran a la izquierda de la carretera y la infraestructura representa un bloqueo, según Jorge Guillén del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España. Para calmar la situación, los expertos sugieren tener más en cuenta los nuevos y mayores riesgos en la planificación urbana, así como medidas basadas en la naturaleza, como la plantación de vegetación ribereña.

Gota fría como detonante

La tormenta fue provocada por el fenómeno climático “Dana” o “gota fría”. Ocurre con frecuencia en la región mediterránea española en los meses de septiembre y octubre y se debe a fuertes fluctuaciones en las temperaturas del mar y del aire. El fenómeno se produce cuando las primeras estribaciones bajas del Atlántico empujan el cálido Mediterráneo con aire frío y húmedo.

Debido a las lluvias extremadamente intensas, en algunos lugares cayó tanta lluvia en un día como es habitual en un año. El servicio meteorológico habló de una “tormenta histórica”, la peor de su tipo en este siglo en la Comunidad Valenciana.



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