“Vendía pan en la calle, recogía platos y otros objetos para ganar dinero y poder moverme porque vengo de una familia muy pobre”, reveló anteriormente al hablar sobre los obstáculos que se vio obligada a superar en la vida.
Habiendo nacido mujer y vivido toda su vida como una, Khelif fue catapultada al centro de un debate rabioso sobre las mujeres trans en el deporte porque su oponente, Angela Carini, de Italia, se negó a seguir luchando después de recibir lo que describió como el golpe más fuerte de su vida.
Aunque varias figuras de alto perfil se apresuraron a acusar a Khelif de ser un hombre trans que competía injustamente contra las mujeres, rápidamente se aclaró que Khelif, que ha sufrido nueve derrotas en su carrera internacional, era una mujer, pero que anteriormente había fallado una prueba de género debido a una condición médica, similar a la controversia que enfrentó la atleta sudafricana Caster Semenya a lo largo de su carrera.
La atleta, de 25 años, contó anteriormente cómo llegó a competir al más alto nivel después de que le dijeran que el boxeo era "solo para hombres".
Explicó que, si bien tuvo una "infancia difícil", un maestro reconoció que tenía las "cualidades físicas" adecuadas para ser buena en el boxeo.
"Siempre me ha gustado el fútbol y lo jugaba en mi pequeño pueblo", recordaba en una entrevista antigua. "Mi padre siempre prefirió el fútbol al boxeo. Pero era muy buena en los deportes en mi escuela y mi maestro me animó a convertirme en boxeadora porque tenía buenas cualidades físicas y tenía razón".
Khelif, que creció en una zona conservadora de Argelia, donde es ilegal cambiar de sexo y ser gay, explicó que la gente que la rodeaba pensaba que el boxeo era un deporte solo apto para hombres.
“Vengo de una región y una familia conservadoras. El boxeo era un deporte dedicado solo a los hombres”, dijo sobre sus “difíciles” comienzos.
Khelif, que admite que proviene de un entorno empobrecido, dijo que incluso entrenar como boxeadora era un desafío y que tuvo que reunir el dinero que necesitaba para pagar el entrenamiento ella misma.
“Estos son obstáculos con los que me encontré cuando comencé”, dijo.
Sin embargo, Khelif se enfrentó a nuevos desafíos durante el año pasado debido a lo que se ha descrito como una "condición médica".
Esto la llevó a ella y a la taiwanesa Lin Yu-ting a ser descalificadas del Campeonato Mundial del año pasado en el último momento porque no cumplían los criterios de elegibilidad de género.
En reacción a su prohibición anterior, Khelif dijo: "El año 2023 fue muy difícil para mí después de un gran año...
"Fue un duro golpe para mí, pero volví más fuerte para mostrar mi fuerza y mi determinación y mostrarle al mundo entero qué mujer valiente es Imane Khelif".
Carini, quien renunció a sus sueños olímpicos cuando se enfrentó a Khelif, dijo que temía por su vida.
“No pude seguir”, dijo más tarde a los periodistas. “Siento un gran dolor en la nariz y dije: ‘Para’. Es mejor evitar seguir adelante. Mi nariz comenzó a gotear desde el primer golpe”.
“Podría ser el partido de mi vida, pero, en ese momento, también tuve que proteger mi vida. Sentí que para hacer esto no tenía ningún miedo, no tengo miedo del ring ni de que me golpeen”.
“Peleé muy a menudo en el equipo nacional. Entreno con mi hermano. Siempre he peleado contra hombres, pero hoy sentí demasiado dolor”.
A pesar de la polémica, el Comité Olímpico Internacional ha defendido su decisión de permitir que compitan las mujeres descalificadas del Campeonato Mundial.
“Lo que diría es que esto involucra a personas reales y estamos hablando de las vidas de personas reales aquí”, dijo el portavoz Mark Adams el jueves.
“Han competido y siguen compitiendo en la competición femenina. Han perdido y han ganado contra otras mujeres a lo largo de los años”.
Aunque se sabe poco sobre el historial médico de Khelif, una prueba de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) confirmó que tenía cromosomas XY [masculinos] y, por lo tanto, no cumplía con los criterios de elegibilidad.
Pero la presencia de estos cromosomas no significa que Khelif sea transgénero y se ha especulado que tiene diferencias en el desarrollo sexual (DSD), el nombre colectivo para una serie de afecciones raras que hacen que una persona se desarrolle de manera diferente a lo que se esperaría típicamente de su sexo asignado.
El padre de la boxeadora argelina ha dicho que las críticas hacia ella son “inmorales” y “no justas”. dijo a Mail Online que ella amaba el deporte desde que era “una niña” y dijo que las críticas eran un intento de impedirle ganar el título olímpico.
Dijo: “Le digo que demuestre que están equivocados en el ring y espero que ella honre a Argelia y a los países árabes y gane la medalla de oro”.
Habló mientras la Asociación Húngara de Boxeo protestaba contra la decisión de permitirle competir en los juegos antes de su pelea con la húngara Anna Luca Hamori.
Khelif se enfrentará a Hamori en los cuartos de final el sábado, pero la Asociación Húngara de Boxeo ha cuestionado su participación en los Juegos y ha pedido al Comité Olímpico Húngaro que solicite una aclaración al COI.
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Habiendo nacido mujer y vivido toda su vida como una, Khelif fue catapultada al centro de un debate rabioso sobre las mujeres trans en el deporte porque su oponente, Angela Carini, de Italia, se negó a seguir luchando después de recibir lo que describió como el golpe más fuerte de su vida.
Aunque varias figuras de alto perfil se apresuraron a acusar a Khelif de ser un hombre trans que competía injustamente contra las mujeres, rápidamente se aclaró que Khelif, que ha sufrido nueve derrotas en su carrera internacional, era una mujer, pero que anteriormente había fallado una prueba de género debido a una condición médica, similar a la controversia que enfrentó la atleta sudafricana Caster Semenya a lo largo de su carrera.
La atleta, de 25 años, contó anteriormente cómo llegó a competir al más alto nivel después de que le dijeran que el boxeo era "solo para hombres".
Explicó que, si bien tuvo una "infancia difícil", un maestro reconoció que tenía las "cualidades físicas" adecuadas para ser buena en el boxeo.
"Siempre me ha gustado el fútbol y lo jugaba en mi pequeño pueblo", recordaba en una entrevista antigua. "Mi padre siempre prefirió el fútbol al boxeo. Pero era muy buena en los deportes en mi escuela y mi maestro me animó a convertirme en boxeadora porque tenía buenas cualidades físicas y tenía razón".
Khelif, que creció en una zona conservadora de Argelia, donde es ilegal cambiar de sexo y ser gay, explicó que la gente que la rodeaba pensaba que el boxeo era un deporte solo apto para hombres.
“Vengo de una región y una familia conservadoras. El boxeo era un deporte dedicado solo a los hombres”, dijo sobre sus “difíciles” comienzos.
Khelif, que admite que proviene de un entorno empobrecido, dijo que incluso entrenar como boxeadora era un desafío y que tuvo que reunir el dinero que necesitaba para pagar el entrenamiento ella misma.
“Estos son obstáculos con los que me encontré cuando comencé”, dijo.
Sin embargo, Khelif se enfrentó a nuevos desafíos durante el año pasado debido a lo que se ha descrito como una "condición médica".
Esto la llevó a ella y a la taiwanesa Lin Yu-ting a ser descalificadas del Campeonato Mundial del año pasado en el último momento porque no cumplían los criterios de elegibilidad de género.
En reacción a su prohibición anterior, Khelif dijo: "El año 2023 fue muy difícil para mí después de un gran año...
"Fue un duro golpe para mí, pero volví más fuerte para mostrar mi fuerza y mi determinación y mostrarle al mundo entero qué mujer valiente es Imane Khelif".
Carini, quien renunció a sus sueños olímpicos cuando se enfrentó a Khelif, dijo que temía por su vida.
“No pude seguir”, dijo más tarde a los periodistas. “Siento un gran dolor en la nariz y dije: ‘Para’. Es mejor evitar seguir adelante. Mi nariz comenzó a gotear desde el primer golpe”.
“Podría ser el partido de mi vida, pero, en ese momento, también tuve que proteger mi vida. Sentí que para hacer esto no tenía ningún miedo, no tengo miedo del ring ni de que me golpeen”.
“Peleé muy a menudo en el equipo nacional. Entreno con mi hermano. Siempre he peleado contra hombres, pero hoy sentí demasiado dolor”.
A pesar de la polémica, el Comité Olímpico Internacional ha defendido su decisión de permitir que compitan las mujeres descalificadas del Campeonato Mundial.
“Lo que diría es que esto involucra a personas reales y estamos hablando de las vidas de personas reales aquí”, dijo el portavoz Mark Adams el jueves.
“Han competido y siguen compitiendo en la competición femenina. Han perdido y han ganado contra otras mujeres a lo largo de los años”.
Aunque se sabe poco sobre el historial médico de Khelif, una prueba de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) confirmó que tenía cromosomas XY [masculinos] y, por lo tanto, no cumplía con los criterios de elegibilidad.
Pero la presencia de estos cromosomas no significa que Khelif sea transgénero y se ha especulado que tiene diferencias en el desarrollo sexual (DSD), el nombre colectivo para una serie de afecciones raras que hacen que una persona se desarrolle de manera diferente a lo que se esperaría típicamente de su sexo asignado.
El padre de la boxeadora argelina ha dicho que las críticas hacia ella son “inmorales” y “no justas”. dijo a Mail Online que ella amaba el deporte desde que era “una niña” y dijo que las críticas eran un intento de impedirle ganar el título olímpico.
Dijo: “Le digo que demuestre que están equivocados en el ring y espero que ella honre a Argelia y a los países árabes y gane la medalla de oro”.
Habló mientras la Asociación Húngara de Boxeo protestaba contra la decisión de permitirle competir en los juegos antes de su pelea con la húngara Anna Luca Hamori.
Khelif se enfrentará a Hamori en los cuartos de final el sábado, pero la Asociación Húngara de Boxeo ha cuestionado su participación en los Juegos y ha pedido al Comité Olímpico Húngaro que solicite una aclaración al COI.