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comentarios (9)
  1. BLUESS
    Gentuza, y no pasará nada o casi nada.
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  2. IterCriminis
    Se ve que hace falta un "protocolo" porque no hay nadie con dos dedos de frente.
    1    k 40
  3. Henry
    Quienes están en los puestos de mando y como acceden a esos puestos seguramente aclare bastante...
    1    k 40
  4. AshMostaza
    #3 Quieres que accedan tambien a base de mamadas o via vaginal?
    0    k 20
  5. Juan_Nervion
    Muro de Pago.
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  6. AshMostaza
    #5 Con modo lectura lo puedes leer, sino:

    Los camarotes no deben cerrarse con pestillo por dentro. No es lo recomendable. Nuria (nombre ficticio) lo sabía muy bien, pero empezó a hacerlo después de despertarse una noche con “la cara de un tío encima de la mía”. Trabajaban a bordo de un buque del Instituto Español de Oceanografía (IEO), los dos como tripulantes. Por supuesto, él no había sido invitado. “Yo conozco a muchas, a un montón de chicas, que han pasado por situaciones de acoso”, dice al teléfono. Ella misma ha escuchado “reivindicar el derecho a conquistar a una compañera del barco”, o decir “¿qué más te da si no estás con nadie?”. “Te voy a comer el coño”. “Tienes que ir donde la bióloga, que está durmiendo y no se entera”. “Esa va salida como una perra, chillando por todos lados. Lo que necesita es un buen pollazo”. A Nuria se le ocurren más y más conforme va hablando.

    Y éstas son las que conoce que hayan sucedido –o sufrido ella misma– dentro de un barco. Y de un barco adscrito, además, al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la mayor institución investigadora de España. Pública.

    Este periódico abordó por primera vez denuncias por casos de acoso en esta institución el pasado mes de septiembre, tras la desaparición de Carmen Fernández, una canguesa de 43 años que era camarera en el oceanográfico García del Cid. El mismo donde denunció haber sufrido una agresión sexual y al que había pedido no volver. Embarcó un 4 de septiembre en Barcelona –donde la familia sostiene que coincidió con el denunciado– y en la mañana del 10 ya faltaba. Dejó escrito en una libreta: “Nadie hace nada. Si no me encontráis, me tiré por la borda. Os quiero mucho”. Tenía tres hijos.

    Fue a raíz de su desaparición cuando la plantilla del CSIC avivó en redes sociales las denuncias por acoso o abuso sexual con el hashtag #MeTooCSIC, utilizando la misma expresión que emergió contra el depredador sexual Harvey Weinstein, afamadísimo productor de cine de Hollywood.

    Con ese #MeTooCSIC están describiendo más situaciones a bordo. “Una compañera tuvo que darle una hostia a un compañero a bordo porque la sobaba. Desde entonces es la borde”. Con todo, continúa Nuria, “la gente tiene miedo a las represalias, porque si no se tramitan las denuncias tienes que volver a verlo. O trabajar con quienes normalizan actitudes de este tipo”. Cree Lucía (nombre también ficticio) que, “por más que duela decirlo, han alcanzado hasta un punto de desinhibición”. ¿La desaparición…
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  7. Juan_Nervion
    #6 Como comprenderás no he leído ese despropósito de copipegui.

    En un barco no te encierres por lo que pueda pasar. Pero bueno... alla tu.
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  8. AshMostaza
    #7 Como que en un barco no se pueden abrir puertas con un pestillo puesto... Eso si encima no lo ponen facil y son de esos pestillos en el bombin que se abren en caso de emergencia metiendo un destornillador de estrella en el agujero para que lo desbloquee.
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  9. Juan_Nervion
    #8 Estoy harto de dormir en la mar y encerrarse es una locura.
    0    k 19
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