Post-15M, Post-verdad, dogmas y propaganda
Decía Maquiavelo que "un príncipe es elogiado por cumplir su palabra", pero también que "el príncipe también es elogiado por la ilusión de ser confiable en cumplir su palabra". Por lo tanto, un príncipe solo debe cumplir su palabra cuando se adapte a sus propósitos, pero hacer todo lo posible para mantener la ilusión de que cumple su palabra y de que es confiable al respecto. Por lo tanto, un príncipe no debe romper su palabra innecesariamente.
Me encanta Orwell, porque describió perfectamente cómo un movimiento revolucionario se convierte en un nuevo Statu Quo.
Poner nombres a Napoleon, Snowball y Squealer en el partido morado es un ejercicio divertido, porque una vez que se comieron el corazón del enemigo se convirtieron en él.
Y ahora vemos como la revisión de los dogmas es, una vez más, un ejercicio de propaganda para controlar no ya a la población en general, sino a los que persiguen de verdad un cambio en la sociedad. Pero no cuela.
La entrevista de Gonzo a Pablo Iglesias ha sido la puntilla en el ataud de Podemos. No ha hecho falta que su consorte y ministro1 secretario de igualdad haya insultado nuestra inteligencia con clichés del palo "calladita estás más guapa", cosa que ya venía demostrando la indigencia intelectual de nuestros gobernantes, o que repetidamente (y en ejercicio del populismo y la demagogia) venga clamando en contra del 21% de IVA aplicado a la energía, y no voy a decir nada de las falacias de la paridad y las discriminaciones positivas (oh, oxímoron) para lo que conviene: a los floreros nunca les gustó pencar, están para hacer bonito y trincar igual-dadmealgo en un observatorio del lenguaje paritario en los manuales de instalación de aires acondicionados.
Lo queremos todo: servicios públicos de calidad, impuestos bajos, pensiones dignas, poco paro, igualdad de la buena, nada de doblar el espinazo en trabajos de riesgo o penosos para las mujeres, y que puedan rascarse el refajo viendo alguna revisión feminista de Orgullo y Prejuicio en Netflix. Y así nos luce el pelo.
Sinceramente no sabría qué decir, Pablo me ha dejado estupefacto. No sé si blanquear a Puchimón comparándolo con los republicanos represaliados por el franquismo ha sido acertado. Querido Pablo, solo por hacer un inciso, lo que ocurrió en Cataluña fue grave, muy grave. Una mentira muy grande que se fue de las manos haciendo imposible recular, y se ha instalado en el sostenella y no enmendalla.
- Los republicanos exiliados no fueron apoyados por la francia de Vichy. Fueron metidos en campos de concentración como el de Argeles-sur-Mer, en vez de en una mansión. Y muchos fueron deportados a Mauthausen, mientras otros directamente fueron a manos de la Gestapo.
- Los republicanos exiliados no se reunieron con supremacistas y racistas del NSAPD, tal y como hizo el inefable Puchimón con el AfD, N-VA o Vlaams Belang para articular una historia de atropellos y crímenes de lesa humanidad. Bastaba con ver en qué condiciones dormían en la playa a la intemperie, o lo bien que estaban en los campamentos de vacaciones de Mauthausen.
- Los republicanos exiliados no contaban con una onerosa financiación, y es de sobras conocido el hecho de que el franquismo purgó de las instituciones a cualquier sospechoso de defender a la república, y eso incluye a tener familiares republicanos. Que le pregunten a cierta periodista del Catalonia Today cómo le va con el sueldecito de la Diputación de Barcelona qué tal eso de las represalias.
Sí, coincido con él en que, kilo por kilo, los desmanes del Borbón menetérito2 son peores y más graves que los años de esplendor de Puchipuchi, y no negaré que el escándalo del vivales con Aguas de Gerona (que contradice su aserción "Si está en Bruselas no es por haber robado dinero a nadie ni haber intentado enriquecerse" entre otros chanchulletes para su pecunio, incluyendo la bien documentada malversación de caudales públicos) es calderilla comparado con lo que el menetérito ha estado robando a dos manos, pero los delitos por los que se acusan a ambos son extremadamente graves como para ir a la cárcel por alta traición. Los dos. Y no voy a entrar en las dobles varas de medir.
Al final, y es lo que importa, la poca credibilidad que le quedaba al partido morado, tras haberse convertido en un partido más del régimen actual, es 0. Nada. Null. Void. Y eso restringe la posibilidad de voto de nuevo, porque votar Morado es como votar Naranja, o Azul, o Rojo. Más de lo mismo.
Cierro con Orwell y la revisión hecha por Squealer del dogma: "Todos los animales son iguales, pero unos más iguales que otros".
1 Me voy a negar a usar lenguajo inclusive de eso en este artículo. Luego ya me crucificarán las SeñorEs IgualitariEs.
2 Juan Carlos de Borbon
