Hacia las pantallas tan flexibles como una tela
Imaginemos un ordenador tableta tan potente como el que más pero al mismo tiempo tan elástico que pueda ser estirado desde un tamaño mínimo a uno extragrande cuando nos interese que su pantalla sea grande. O un sensor de muñeca parecido a una goma elástica que mida nuestro ritmo cardiaco. O un papel con el que podamos empapelar una pared pero que al mismo tiempo sirva de pantalla electrónica.