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Hace 130 años del nacimiento de Hitler ¿qué sabemos de su infancia y juventud? (y IV)

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13.- ¿Hitler fue valiente, o cobarde?

El debate sobre el valor personal de Hitler se pierde entre argumentos -muchas veces falsos- de sus partidarios y sus enemigos.

Hitler era súbdito austríaco; debería haberse inscrito para el Servicio Militar de su país en 1909, y haberse incorporado a filas al año siguiente, con 21 años. Si se hubiese presentado a tiempo1 y declarado inválido para el Servicio, aún debería haberse presentado en 1911 y 1912 a revisión médica. Hitler lo eludió, quizás confiando en que la obtusa burocracia austrohúngara le perdería la pista. Pero en Mayo de 1913, tras cumplir los 24 años, Hitler recibió el remanente de la herencia de su padre. Quizás porque se dio cuenta de que los austriacos eran conscientes aún de su existencia, o porque el dinero recibido le permitía un plan que ya tenía, tan sólo una semana después huyó a Munich.

Sus enemigos posteriores utilizaron este hecho para acusarle de cobardía y antipatriotismo. Sin embargo, en realidad, el joven Hitler había expresado ya su odio al imperio Habsburgo; y, por cierto, oponerse a la conscripción obligatoria no es necesariamente señal de cobardía.2

Pese a no sentir el deseo de defender a los Habsburgo, sí hay suficientes pruebas de que Hitler era un furibundo nacionalista alemán. En 1914, el ardor bélico inflamó toda Europa. Es muy conocida una fotografía de la manifestación patriótica del 2 de Agosto, al día siguiente de la declaración de guerra de Alemania a Rusia, en la OdeonPlatz de Munich, en la que parece reconocerse a Hitler. Sus partidarios lo presentaron como prueba de su fervor alemán, mientras que sus enemigos argumentaron que se trataba de un montaje.3 Sea como sea, esto no prueba nada sobre el valor personal de Hitler.

Hitler se presentó voluntario para servir en el Ejército bávaro. Fue enrolado en el 16º Regimiento Bávaro de Infantería de Reserva “List”, que entró en combate el día 29 de Octubre de 1914, y sufrió pérdidas de un 70 % en los primeros cuatro días de combate.

Al parecer, Hitler no fue, ni mucho menos, un soldado cobarde. El 3 de Noviembre, posiblemente debido a las pérdidas del regimiento, fue promovido a Gefreiter.4 Dos superiores suyos (que con el tiempo ingresaron en el Partido Nazi), Max Axmann y Fritz Widemann, atestiguaron que Hitler había sido propuesto durante la guerra para otro ascenso, que había sido desestimado.5

Hitler había sido asignado el 9 de noviembre al Estado Mayor del Regimiento, dentro de un grupo de ocho a diez correos, para llevar mensajes a los batallones y compañías del frente. Sin estar “en las trincheras” (como dijo él) no era, ni mucho menos, un destino fácil (como dijeron sus enemigos).6 El porcentaje de bajas, muertos y heridos, entre los correos del regimiento, fue persistentemente alto.

Hitler fue propuesto para la Cruz de Hierro de Segunda Clase el 2 de Diciembre (al parecer por su acción, junto con otro correo, protegiendo la vida de su comandante).

En Octubre de 1916 Hitler sufrió una herida en el muslo. Según los testimonios de sus caseros y otros conocidos, durante su convalecencia en Munich se sintió muy defraudado por la falta de ardor combativo en la retaguardia, y él mismo solicitó al capitán Widemann su vuelta anticipada al frente.

En Agosto de 1918 le fue concedida la Cruz de Hierro de Primera clase, por recomendación del oficial judío Hugo Gutmann.7 Los libros escolares de la época nazi referían que Hitler la obtuvo por capturar a quince soldados enemigos, pero con seguridad es falso. Al parecer, Gutmann se la ofreció a dos correos (uno de ellos, Hitler) si conseguían entregar un mensaje especialmente importante, tras el fallo de las lineas telefónicas y en una situación muy peligrosa.

El 15 de Octubre de 1918 Hitler fue alcanzado por un bombardeo con gas “mostaza”, lo cual le dejó temporalmente ciego. Se ha repetido mucho que se trató de una “ceguera histérica”, pero este término no significaba que se debiera a simulación, angustia ni cualquier otro problema mental que suponga cobardía; simplemente hacía referencia a que en la exploración del especialista no se hallaban daños orgánicos responsables de la lesión. Además, con los años se ha comprobado que agentes como el "gas mostaza" producían lesiones -temporales o definitivas- en las vías ópticas que, en aquellos años, no era posible demostrar.

En resumen, podríamos decir que Hitler era un soldado devoto a sus obligaciones, cumplidor y muy disciplinado. Pese a los intentos por desvalorizar su comportamiento, no se conocen episodios de cobardía. Fue galardonado dos veces con la Cruz de Hierro, además de otras condecoraciones.8 Tales menciones distinguidas para un simple Gefreiter eran excepcionales, y es de suponer que no se hubieran concedido a un cobarde.

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