«Mi exmujer me denunció en falso y se llevó a mi hija mientras estaba detenido»

Jan Miguel Wehnert, un vecino de Santa Ponça de 26 años, lleva casi un año sin ver a su hija Triona, de tres años. Afirma que su expareja denunció una falsa agresión para huir con ella a Alemania y tiene sospechas de que la pequeña está desatendida y sufre malos tratos, por lo que pide a las autoridades que la encuentren.

Jan Miguel Wehnert, vecino de Santa Ponça que ha denunciado la sustracción de su hija.

Jan Miguel Wehnert, vecino de Santa Ponça que ha denunciado la sustracción de su hija. / Xavier Peris

Xavier Peris

Xavier Peris

Palma

Jan Miguel Wehnert, vecino de Santa Ponça de 26 años, admite que está perdido y no sabe qué hacer. Lleva desde hace casi un año sin ver a su hija Triona, de tres años. Dice que su expareja se la llevó a Alemania sin su consentimiento, aprovechando que él estaba detenido después de que ella denunciara una falsa agresión, y que tiene sospechas de que la menor está desatendida y sufre malos tratos. Lo último que sabe es que la madre y la niña están en Barcelona, y pide a las autoridades que la localicen y comprueben si está bien.

Wehnert explica que su mujer, que residía en Alemania, siempre se desentendió de su hija, y que solo se interesó por ella cuando perdió la subvención que recibía del gobierno alemán, ya que la niña había vivido siempre en Mallorca con la familia del padre. Ha presentado denuncias contra su expareja por agresiones y calumnias, y también por la sustracción de la menor, que se llevó a Alemania sin su consentimiento. Algunos conocidos le han comentado que la niña está desatendida por su madre, y él mismo ha detectado en sus últimas visitas señales de malos tratos. Todas estas denuncias parecen haber caído en saco roto, lo que le ha llevado a pedir ayuda a SOS Desaparecidos y la asociación Niños sin Derechos, que asesora en casos de sustracción parental, para tratar de localizar a la pequeña, que al parecer se habría instalado con su madre y la nueva pareja de ella en Barcelona.

Jan Miguel, que trabaja como recepcionista en un hotel de Peguera, cuenta que su exmujer y él se criaron en Calvià y eran novios desde el instituto. En 2020 se fueron juntos a trabajar a Alemania y allí nació su hija Triana en enero de 2021. «En junio de 2022 nos vinimos los tres a Mallorca, pero mi exmujer regresó a Alemania al cabo de una semana. Yo me quedé y me encargué de la niña con la ayuda de mi madre y mi hermana. Durante meses mi mujer nunca preguntó por la niña. En octubre de ese año yo fui a Alemania con el bebé para tratar de arreglar nuestra relación, pero ella me dijo que la deprimíamos, que no quería saber nada de nosotros. Así que finalmente me volví con la niña a Mallorca. Desde entonces mi exmujer solo me llamaba para pedirme dinero».

Detenido por agresión

En Mallorca, cuenta el padre, se encargó de escolarizar y de la asistencia médica de la niña. «Hasta que un día, en enero de 2023, mi exmujer me llama y me reclama que se la lleve, porque había dejado de cobrar las ayudas sociales que le daban en Alemania por la niña. Ese mismo día me llamaron también de la Policía alemana para informarme de que la custodia pertenecía a la madre y tenía una semana para entregársela. Pero yo ya tenía denuncias presentadas contra ella por malos tratos hacia mí y la niña. Fui a comunicarlo a la Guardia Civil y ellos se pusieron en contacto con la Policía alemana. Me dijeron que un fiscal alemán tendría que decidir si era seguro para la niña volver con su mdre».

Las cosas se precipitaron al mes siguiente. «Un día me llama mi exmujer y me dice que está en Santa Ponça. Quedamos para cenar y estuvimos tranquilamente hablando. En ningún momento me preguntó por la niña, fui yo quien le dije si quería verla. Quedamos al día siguiente en un parque infantil de Costa de la Calma. En un momento dado, coge a la niña y se la lleva al baño en un bar de enfrente. Yo estaba fuera, esperando, y de repente aparecen seis coches de la Guardia Civil y la Policía Local. Ella había llamado desde el bar para decir que yo le había pegado. Me detuvieron de inmediato, y en ese momento me di cuenta de lo que quería. Les pedí a los policías que avisaran a mi madre para que se hiciera cargo de la niña, pero no me hicieron caso. Me dijeron que siendo su madre, se podía quedar con ella».

Triana Wehnert, de tres años, en una foto cedida por su padre.

Triana Wehnert, de tres años, en una foto cedida por su padre. / D.M.

Jan Miguel estuvo nueve horas detenido por la presunta agresión. Cuando salió la mujer se había llevado ya a la niña, primero a Barcelona y de ahí a Alemania. «La denuncia por agresión quedó sin efecto, porque mi exmujer le dio a la Guardia Civil una dirección de Son Caliu, pero cuando fueron no la encontraron. Además el dueño del bar declaró que ella entró en el local tranquilamente con la niña, que no parecía que hubiera sido agredida. Yo, mientras tanto, denuncié que se había llevado a la niña sin mi consentimiento. Un tiempo después contactó conmigo una compañera de trabajo suya, que me dijo que la niña estaba desatendida y enferma, y que tenía señales de malos tratos. Yo contraté una abogada en Alemania y fui allí a buscarla. En los últimos meses la he visto varias veces, y estaba sucia, con moratones y quemaduras en los brazos».

Jan Miguel vio a su hija por última vez el pasado 15 de enero, cuando fue a la guardería donde iba en un pueblo de Alemania. Pero al parecer la madre se casó con otro hombre y se mudó a Berlín. Entonces perdió el contacto. Hasta ahora. «Hemos descubierto por algunos comentarios que ha dejado en una red social que se encuentra en Barcelona. Por eso quiero que la Guardia Civil la busque y comprueben el estado en el que se encuentra la niña. Y si efectivamente está mal, quiero su custodia», dice Jan Miguel.

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